Caprichos Públicos

Bomec


C/ San Joaquín, 8

Este local de la calle San Joaquín, 8 tiene tantos tés como variedades hay en el mundo. Maderas oscuras en el suelo, rojos y verdes en la pared, teteras de todos los tamaños y colores, lámparas de papel naranjas, azules y rosas. La decoración es una mezcla de estilos orientales, que te envuelve nada más entrar. Todo ello ambientado con música chill out y el murmullo del agua.

Bomec nació en la Gran Vía en el año 2000, pero Pablo González, uno de los propietarios, explica que no había espacio para hacer un salón de té. Este y su socio José Merino, un ex jugador de baloncesto del Real Madrid, tomaron la iniciativa de abrir este inusual negocio cuando Merino era incapaz de encontrar en la capital española los tés que compraba en otras ciudades del mundo. En el año 2002 se trasladaron a la mencionada calle San Joaquín, donde todos los tés que se venden a granel también se sirven en el salón.

El té escogido por el cliente llega bien acompañado. Unas pastas hechas de forma artesanal y muy especiales, elaboradas a base de té, aparecen presentadas en un plato de estilo oriental. La particularidad de las pastas es que solo se sirven en este salón, abierto únicamente de cinco a nueve de la noche, y son creación del maestro pastelero de Lhardy, hoy más un restaurante-cafetería que nació en 1839 como pastelería en la Carrera de San Jerónimo, 8. 

Foto de Lorena Carpintero Toscano

Pablo González explica lo difícil que es encontrar un pastelero que entienda la importancia del color verde en las pastas del té que sirve, sin embargo en Lhardy, se comprende y se esmeran por conseguirlo. Pero además de esta curiosidad de denominación española, también se sirve una delicatessen japonesa, Daifuku, dulce relleno con pasta de judía roja.

Un lugar para los amantes del té y por que no, del dulce capricho.








Pomme Sucre


Foto de Lorena Carpintero Toscano

La manzana de azúcar de origen Asturiano, concretamente de Gijón, ofrece en la calle Barquillo, nº 49, productos elaborados por el célebre obrador Julio Blanco. El nombre, mencionado en el post Oíta Café, destaca no solo por su cruasán como se indicó, si no también por su Panettone, el cual se considera el mejor del mundo. El hecho anecdótico es que Julio Blanco ha superado al maestro, Torreblanca, el cual fue galardonado con el segundo mejor puesto en lo que se refiere a este postre italiano.

Pomme Sucre es diseño y artesanía en un mismo lugar. Su decoración, una fusión de estilos que va desde la porcelana del té hasta estanterías en blanco y negro con acabado en brillo, que transmite cierta sensación minimalista. Todo ello completado con una pared de espejo a mano izquierda y dos bigas en el centro del pequeño espacio, adornadas para estas fechas con una guirnalda al más puro estilo navideño.

Sin embargo, Pomme Sucre no sería Pomme Sucre sin ese olor característico que inunda toda la sala, el cual trae los recuerdos de la repostería más tradicional. A la par la innovación también se encuentra presente con tartas semifrias como la Azabache, muy conocida, la cual está elaborada con un cacao malgache, de una pureza del 64%.

Foto de Lorena Carpintero Toscano

Una solitaria mesa de café sostiene tres magdalenas y dos expresos. Debido a las fechas señaladas que son, el número de mesas se han reducido a una, aunque durante el resto del año, tampoco se colocan demasiadas por el reducido espacio del que disponen.

La empresa, que nació en el año 2002, ha ido creciendo hasta el punto de haber abierto dos delegaciones más en 2010, Madrid y Avilés, complementado todo ello con la tarea de proporcionar productos a otros negocios. C' est incroyable.









Horno de San Onofre


C/ Hortaleza, nº 9

Resulta complicado encontrar un lugar donde hacer un desayuno o una merienda con buenos productos. En la Tahona Horno de San Onofre de la calle Hortaleza, 9 hay exclusivamente una pequeña mesa de cafetería, en la cual se puede hacer un alto después de un arduo día de paseo.

Esta empresa familiar, que abrió en 1972 en la madrileña calle de San Onofre por Daniel Guerrero, aún desea ofrecer productos artesanos y de calidad a un público que busca una elaboración cuidada, que evoque recuerdos de infancia o simplemente generar unos nuevos.

Foto de Lorena Carpintero Toscano

Pequeña y céntrica, la tahona, además de por su pan, destaca, para Ana Guerrero, por sus pastas, la cuales pueden diferenciarse en dos, bien por tener una base de mantequilla o bien de trigo. La dificultad para esta experta en la repostería tradicional española radica en elegir no solo las materias primas para su elaboración, si no, también, en medir correctamente las cantidades.

Su mobiliario de madera, oscura y cálida, lo realza una impresionante lámpara de araña enganchada a una pequeña cúpula dorada. Sus decorados del escaparate, muestran turrones completamente artesanales, donde destaca el de capuchino, único en Madrid. Aunque lo más aplaudido son algunos postres ocasionales, que sobresalen por su diseño original, como es, en esta ocasión, los dulces mocasines.









Oíta Café

Oíta Café en la C/ Hortaleza, nº 30

Oíta Café no es cualquier cafetería, situada en la calle Hortaleza 30 de la capital española, destaca por ser un rincón de excelencia gourmet. Pipo Palacios, su encargado, presume de un excelente negocio que abrieron las tres hermanas Vidal hace apenas seis meses. Butacas antiguas, mesitas, espejos en la pared derecha, piedra y tela a cuadros en la izquierda, complementan un delicado espacio rectangular en el que cuelgan dos estrellas del techo azul.

Su música ambiente acompaña a la perfección la infusión de guinda, frutos rojos e hibiscus, distribuido por Mariage y conocido, según Pipo Palacios, como el té de los inocentes, nombre que explica la costumbre de dárselo a beber a los niños antes de irse a dormir, ya que no posee teína.

Foto de Lorena Carpintero Toscano
La excelente pastelería es obra de Julio Blanco, discípulo de Torreblanca, cuyo cruasán ha sido catalogado como el quinto mejor de Europa por diversos críticos gastronómicos como se reconoció en el artículo de Marta Fernández “En busca del cruasán perfecto” publicado el 9 de Septiembre en el diario Expansión. Este maestro pastelero fundó hace 12 años en Gijón, Pomme Sucre.

Entorno tranquilo que invita a la relajación, a la buena conversación, a la comodidad de estar en casa, estando en una exquisita cafetería en el centro de Madrid, la cual muestra esos caprichos de la repostería, con firma española, en mostradores que parecen sacados de los años 20.